Era la madrugada, yo dormía plácidamente. De repente alguien tocó a mi puerta. Bajé y abrí. Era un señor de pelo canoso y largo pelo. Era como si su mirada me hipnotizara. De repente todo se volvió inexplicable. Cuando desperté estaba en un lugar extraño que nunca podré explicar.
DANIELA
martes, 19 de agosto de 2008
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