lunes, 23 de junio de 2008

Las leyendas

Leyenda es una narración oral o escrita, con una mayor o menor proporción de elementos imaginativos y que generalmente quiere hacerse pasar por verdadera o fundada en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad. Se transmite habitualmente de generación en generación, casi siempre de forma oral, y con frecuencia experimenta supresiones, añadidos o modificaciones.
Una leyenda está generalmente relacionada con una persona,una comunidad, un monumento, un lugar,un acontecimiento, cuyo origen pretende explicar (leyendas etiológicas). A menudo se agrupan en ciclos alrededor de uno de esos temas.O el ciclo de leyendas en torno a Robin Hood, el Cid Campeador o Bernardo del Carpio.
Contienen casi siempre un núcleo básicamente histórico, ampliado en mayor o menor grado con episodios imaginativos. La aparición de los mismos puede depender de motivaciones involuntarias, como errores, malas interpretaciones (la llamada etimología popular, por ejemplo) o exageraciones, o bien de la acción consciente de una o más personas que, por razones interesadas o puramente estéticas, desarrollan el embrión original.
Cuando una leyenda presenta elementos tomados de otras leyendas hablamos de "conta
minación de la leyenda".
Las leyendas urbanas son relatos tradicionales que, pese a contener elementos sobrenaturales o inverosímiles, se presentan como crónica de hechos reales sucedidos en la actualidad. Circulan a través del boca a boca, los medios de comunicación y la Red. Una misma leyenda urbana puede llegar a tener infinidad de versiones, situadas generalmente en el entorno de aquellos que las narran y reciben. Por su adecuación a la sociedad industrial y al mundo moderno reciben el calificativo de "urbanas", que las opone a aquellas leyendas que, habiendo sido objeto de creencia en el pasado, han perdido su vigencia y se identifican con épocas pasadas. A menudo, el narrador presenta a los protagonistas de una leyenda urbana como conocidos o parientes de alguna persona cercana (por lo que se las conoce también como "historias de un amigo de un amigo").

Cierta vez , en los montes de SANTIAGO DEL ESTERO, habitaba una jovencita Telésfora Castillo,Telesita para quienes la conocían y la querían. Vivía sola, sin familia ya que lamentablemente había fallecido ni casa donde habitar. Era muy pobre ya que de humilde que ella regaló todas sus pertenencias cuando sus padres murieron. Se presentaba vestida casi en harapos y descalza. Llevaba un cantarito de agua sobre su cabeza en algunas oportunidades y en otras un poco de leche.
De tanto en tanto aparecía atraída por los ecos de la música. Amaba la música y la danza, se apartaba del grupo de gente y sola bailaba acompañada de los compases , dando golpes sobre su cantarito, bailaba marcando los pasos de la danza con pies tan leves que parecía no tocar la tierra. Ella ya sabía cuando un baile se iba a hacer, siempre estaba antes de que comience.
Cuando amanecía y la fiesta llegaba a su fin, todos veian a la Telesita regresar al bosque, hasta que hubiera otra.
Una vez cuando se hizo otro baile,Telesita no acudió a la fiesta, todos adviertieron su ausencia. Fue inútil que pusieran la música fuerte,esperando que así viniera. Todos se preocuparon, inquetos y afligidos los hombres salieron a buscarla, internándose en el bosque nocturno. Recién al otro día hallaron su cuerpo sin vida,quemado junto al fogón al que seguramente se arrimaba para pasar la noche.


Telesita la manga mota
tus ropitas están rotas
por la costa del Salado
tus pasos van extraviados.

no preguntes por tu amor
porque nunca lo hallarás
un consuelo a tu dolor
en el baile sentirás.

Por esos campos de Dios
te lleva tu corazón
sin saber que tu danzar
es tan sólo una ilusión

Telesita la manga mota,
tus ropitas están rotas (bis)

Rezabaile del querer
con su música llamó
pies desnudos bajo el sol
la Telesita llegó.

Y así te verán bailando
loca en cada amanecer
como metida la danza
muy adentro de tu ser.
Ay, Telésfora Castillo
tus ojos no tienen brillo
lo han perdido tras el monte
o buscando el horizonte.

con un bombo soñador
un violín sentimental
y un cieguito al encordao
el baile va a comenzar.

Tu esperanza se perdió
déle bailar y bailar
lleva tu pecho un dolor
pero no sabe llorar.

Telesita la manga mota
tus ropitas están rotas (bis)

Pobre niña que un fogón
tu cuerpito calcinó
y en la noche de los tiempos
todo el pueblo te lloró.

y así te verán bailando
loca en cada amanecer
como metida la danza
muy adentro de tu ser.

Letra: Agustín Carabajal

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