martes, 24 de junio de 2008

Tom y la piedra mística

Había una vez un pequeño pueblo donde gobernaba Raúl. El pueblo no tenía ejército ya que no lo necesitaban porque una piedra mística los defendía mediante un escudo mágico de cualquier ataque o invasión. Un día, Raul dijo que habían robado la piedra mística y que el que la recuperaba iba a tener como esposa a su hermosa hija Carolina. Todos los hombres valientes y fuertes se presentaron ante el rey ansiosos de obtener a Carolina como esposa.
Un hombre llamado Tom amaba a Carolina pero no era fuerte como para recuperar la piedra mística. Un día, lamentándose en el bosque, un mago escuchó lo que decía y se propuso ayudarlo. Se presentó ante Tom diciendo que era el mago Merlín y que quería ayudarlo. Le dio un mapa donde mostraba la ubicación de la piedra mística. Al observarlo se aterrorizó. Estaba en la cueva del más temible dragón que tiene una piel que parecía acero. Entonces, Merlín le dijo que para vencerlo iba a necesitar dos objetos: la espada encantada que podía cortar la piel del dragón y el escudo protector que lo protegería de las llamas. También le dio un amuleto y le dijo que mientras lo tenga, él siempre podría ayudarlo.
Al día siguiente, Tom emprendió su largo viaje. Después de varios días, siguiendo las instrucciones de Merlín, llegó a una cueva donde se encontraban la espada encantada y el escudo protector. Cuando entró, advirtió a un enorme ogro que le dijo que para conseguirlos iba a tener que pasar dos pruebas: la prueba de la inteligencia y la prueba de la valentía. Para resolver la prueba de la inteligencia, tenía que armar un rompecabezas de diez mil piezas. Al verlo, se desplomó en el suelo pensando que nunca iba a poder armarlo pero al tocar el amuleto que le había dado Merlín, el rompecabezas se empezó a armar mágicamente. Al terminarse, se lo presentó al ogro y él, impresionado, le dijo que para superar la prueba de la valentía debía saltar sobre lava hasta una roca. Al ver que había mucha distancia y que era imposible lograrlo, se dispuso a irse y abandonar sus sueños de casarse con Carolina pero al tocar el amuleto, recobró sus energías y su valentía. Saltó lo más largo que pudo pero no alcanzó porque era imposible lograrlo. Al tocar la lava, se dio cuenta de que no era lava real y que estaba fría.
Entonces, el ogro le explicó que sólo los más valientes se atreverían a intentar algo imposible teniendo en cuenta que sus vidas corrían riesgo. Entonces, el ogro le entregó la espada y el escudo y, ahora sí, comenzó su viaje hacia la cueva del dragón. Al llegar, vio la piedra mística y se apresuró a tomarla pero de repente apareció el dragón y le escupió fuego. Tom, que era hábil y ágil, se defendió con el escudo que mágicamente absorvió las llamas dejándolo incapaz de matarlo con fuego. El dragón trató de pegarle pero, ágilmente, él lo esquivó y le clavó la espada en el corazón.
Después de la peligrosa batalla, agarró la piedra mística y regresó a su pueblo. Al llegar el rey se tranquilizó y el pueblo lo recibió aplaudiéndolo.
Al día siguiente, Tom y Carolina se casaron y, aunque ella se tenía que casar, ella lo amaba desde antes pero Raul no quería que se casaran. Así, vivieron felices para siempre y tuvieron un hermoso hijo al que llamaron Arturo y a Merlín, lo nombraron hechicero del pueblo

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