Ceres era hija de Saturno y Ops, esposa y hermana de Júpiter, madre de Proserpina y hermana de Juno, Vesta, Neptuno y Plutón.
Enseñó a los hombres el arte de cultivar la tierra, de sembrar, recoger el trigo y elaborar pan, lo que hizo que fuese considerada diosa de la agricultura. Su hermano Júpiter, prendado de su belleza, engendró con ella a Proserpina (asimilada a Perséfone en la mitología griega). También Neptuno se enamoró de ella, y para escapar de éste Ceres se transformó en yegua, pero el dios se dio cuenta y se transformó a su vez en caballo, siendo así Ceres madre del caballo Arión.Ceres era también la patrona de Enna (Sicilia). Según la leyenda, rogó a Júpiter que Sicilia fuese ubicada en los cielos. El resultado, debido a que la isla tiene forma triangular, fue la constelación Triangulum, uno de cuyos nombre antiguos fue «Sicilia».Tenía doce dioses menores que la ayudaban y estaban a cargo de los aspectos específicos de la agricultura: Vervactor, que transforma la tierra en barbecho; Reparator, que la prepara; Imporcitor (del latín imporcare, ‘hacer surcos’), que la ara en anchos surcos; Insitor, que siembra; Obarator, que ara la superficie; Occator, que la escarifica; Sarritor, que la escarda; Subruncinator, que la clarea; Messor, que cosecha; Conuector, que transporta lo cosechado; Conditor, que lo almacena; y Promitor, que lo distribuye.Los habitantes de Sicilia, vecinos del volcán Etna, conmemoraban anualmente la salida de Ceres a sus largos viajes corriendo por la noche con antorchas encendidas y dando grandes gritos.
Proserpina era la hija de Ceres y Júpiter, y se le describía como una joven sumamente encantadora.
Venus, para dar amor a Plutón, envió a su hijo Amor (también conocido como Cupido)Su madre Ceres, diosa de los cereales o la Tierra, marchó a buscarla en vano por todos los rincones del mundo, pero logró hallar más que un pequeño cinturón que flotaba en un pequeño lago (hecho con las lágrimas de las ninfas). En su desesperación Ceres detuvo enfurecida el crecimiento de frutas y verduras,y se arrancó los vestidos y se arañó la cara, cayendo así una maldición sobre Sicilia. Ceres rehusó volver al Olimpo y empezó a vagar por la tierra, convirtiéndose en desierto lo que pisaba.
Enseñó a los hombres el arte de cultivar la tierra, de sembrar, recoger el trigo y elaborar pan, lo que hizo que fuese considerada diosa de la agricultura. Su hermano Júpiter, prendado de su belleza, engendró con ella a Proserpina (asimilada a Perséfone en la mitología griega). También Neptuno se enamoró de ella, y para escapar de éste Ceres se transformó en yegua, pero el dios se dio cuenta y se transformó a su vez en caballo, siendo así Ceres madre del caballo Arión.Ceres era también la patrona de Enna (Sicilia). Según la leyenda, rogó a Júpiter que Sicilia fuese ubicada en los cielos. El resultado, debido a que la isla tiene forma triangular, fue la constelación Triangulum, uno de cuyos nombre antiguos fue «Sicilia».Tenía doce dioses menores que la ayudaban y estaban a cargo de los aspectos específicos de la agricultura: Vervactor, que transforma la tierra en barbecho; Reparator, que la prepara; Imporcitor (del latín imporcare, ‘hacer surcos’), que la ara en anchos surcos; Insitor, que siembra; Obarator, que ara la superficie; Occator, que la escarifica; Sarritor, que la escarda; Subruncinator, que la clarea; Messor, que cosecha; Conuector, que transporta lo cosechado; Conditor, que lo almacena; y Promitor, que lo distribuye.Los habitantes de Sicilia, vecinos del volcán Etna, conmemoraban anualmente la salida de Ceres a sus largos viajes corriendo por la noche con antorchas encendidas y dando grandes gritos.
Proserpina era la hija de Ceres y Júpiter, y se le describía como una joven sumamente encantadora.
Venus, para dar amor a Plutón, envió a su hijo Amor (también conocido como Cupido)Su madre Ceres, diosa de los cereales o la Tierra, marchó a buscarla en vano por todos los rincones del mundo, pero logró hallar más que un pequeño cinturón que flotaba en un pequeño lago (hecho con las lágrimas de las ninfas). En su desesperación Ceres detuvo enfurecida el crecimiento de frutas y verduras,y se arrancó los vestidos y se arañó la cara, cayendo así una maldición sobre Sicilia. Ceres rehusó volver al Olimpo y empezó a vagar por la tierra, convirtiéndose en desierto lo que pisaba.
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