Había una ninfa llamada Florencia que tuvo dos hijas con Apolo llamadas María y Belén. Al crecer todo el pueblo se dio cuenta de lo hermosas y perfectas que eran. La única diferencia entre ellas era que María lloraba todo el tiempo y a Belén le gustaba el hielo, la nieve y el frío. Un día Apolo quiso convertirlas en diosas pero Júpiter le dijo que sólo una de ellas iba a poder ser una diosa. Entonces Apolo decidió hacer una votación para saber cuál sería la diosa. Después se contaron los votos y se descubrió que habían empatado. Apolo le contó lo sucedido a Júpiter y él decidió convertir a María en la diosa del agua y a Belén en la diosa del hielo. A partir de ese momento cuando María llora, llueve y al llegar el invierno, Belén se pelea con María y entonces ella llora degando caer agua que se congela por Belén creando así los granizos.
Por: Julián Del Gobbo
miércoles, 21 de mayo de 2008
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