lunes, 19 de mayo de 2008

Cupido y Psique


En la mitología romana, Cupido es el dios del amor. Equivale al Eros de la mitología griega, y a Kāmadeva en la mitología hindú. Es hijo de Venus y de Marte. Se le adjudica la creación de amores y pasiones entre los mortales y suele ser representado por un niño alado (parecido a un ángel de la mitología cristiana). Al ser hijo de los dioses de la guerra y del amor, Cupido resulta ser el dios de los enamorados, creando de esta manera un balance entre el amor y la tragedia. Las hermanas de Psique, la convencen para que en mitad de la noche encienda una lámpara y observe a su amado, pues seguro que sólo es un monstruo y por eso desea ocultar su verdadera apariencia. Psique les hace caso, y decide una noche encender una lámpara. Una gota de aceite hirviendo (de la que Apuleyo hace un tópico medieval: stilla olei ardentis) cae sobre la cara de Eros dormido, que despierta y abandona decepcionado a su amante.
Cuando Psique se da cuenta de lo que ha hecho, ruega a Afrodita que le devuelva el amor de Eros, pero la diosa, rencorosa, le ordena realizar cuatro tareas, casi imposibles para un mortal, antes de recuperar a su amante divino. Como cuarto trabajo, Afrodita exige a Psique que vaya a buscar un cofre al
Hades. Cuando consigue llegar allí, Perséfone, diosa de la ultratumba, le dice que lo que hay en el cofre es sólo para Afrodita. Psique, tentada por el poder que podría darle el contenido de ese cofre, olvida que la curiosidad ya había arruinado una vez su vida, y lo abre, pero en vez de encontrar poder, encuentra sueño eterno. Psique cae en la hierba dormida para toda la eternidad, pero Eros, apiadado, la rescata y soluciona las cosas.
Tiempo después, Afrodita y Psique hacen las paces, y permanecen junto con Eros en el
Olimpo.

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