En la mitología griega Orestes (en griego antiguo Ὀρέστης) fue el único hijo varón de Agamenón y Clitemnestra.
Según la historia homérica Orestes estaba ausente de Micenas cuando su padre volvió de la Guerra de Troya y fue asesinado por el amante de su esposa, Egisto. Ocho años después Orestes volvió de Atenas y vengó la muerte de su padre asesinando al amante de su madre. Según Píndaro, Orestes fue salvado por su niñera Arsínoe o su hermana Electra, que le sacó del país cuando Clitemnestra quería matarle. Huyó a Fanote en el monte Parnaso, donde el rey Estrofio se hizo cargo de él.
En su vigésimo cumpleaños el oráculo de Delfos le ordenó volver a su hogar y vengar la muerte de su padre. Orestes regresó a casa junto con su amigo Pílades, hijo de Estrofio. Según Esquilo, Orestes se encontró con su hermana Electra ante la tumba de Agamenón, donde ambos habían ido a rendir honores al difunto; se reconocieron y planearon cómo Orestes llevaría a cabo su venganza. La misma historia básica es narrada de formas diferentes por Sófocles y Eurípides en sus respectivas obras tituladas Electra.
En las Euménides de Esquilo, tras la venganza (a veces con la ayuda de Electra) Orestes enloquece y es perseguido por las Erinias (que no hacen lo mismo con Electra), cuyo deber es castigar cualquier violación de los lazos de piedad familiar. Orestes se refugia en el templo de Delfos, pero, a pesar de que Apolo le había ordenado llevar a cabo su venganza, no es capaz de proteger a Orestes de sus consecuencias. Finalmente, Atenea le recibe en la acrópolis de Atenas y organiza un juicio formal del caso ante el Areópago, un tribunal formado por doce jueces áticos. Las Erinias exigen su víctima, Orestes alega las órdenes de Apolo, los votos de los jueces quedan divididos equitativamente y Atenea le declara inocente con su voto decisivo. Las Erinias son apaciguadas con un nuevo ritual en el que son adoradas como Euménides y Orestes dedica un altar a Atenea Areia.
Con Esquilo el castigo termina aquí, pero, según Eurípides, para poder escapar de la persecución de las Erinias, Apolo ordenó a Orestes ir a Tauro (actual Crimea), apoderarse de la estatua de Artemisa Tauropola que había caído del cielo y llevarla a Atenas. Orestes marchó a Tauro con Pílades y ambos fueron encarcelados por los habitantes de la región, los tauri, que tenían la costumbre de sacrificar todos los extraños a Artemisa. La sacerdotisa de Artemisa encargada de realizar el sacrificio era su hermana Ifigenia, quien ofreció liberar a Orestes (sin saber que era su hermano) si éste llevaba consigo una carta hasta Grecia. Orestes rehusó hacerlo, pero ofreció a Pílades llevar la carta mientras él se quedaba para ser sacrificado. Tras un conflicto de mutuo afecto, Pílades terminó por acceder, pero la carta hizo que Orestes e Ifigenia se reconocieran y los tres escaparon juntos llevando con ellos la imagen de Artemisa. Tras su retorno a Grecia, Orestes tomó posesión del reino de su padre, Micenas (matando al hijo de Egisto, Aletes), y anexó Argos y Laconia. Se cuenta que murió por la mordedura de una serpiente en Arcadia. Su cuerpo fue llevado a Esparta para ser enterrado (donde fue objeto de culto) o, según una leyenda italiana, a Aricia, de donde sería trasladado a Roma (Servio, Sobre la Eneida, ii.116).
Antes de la Guerra de Troya, Orestes había estado prometido a su prima Hermíone, hija de Menelao. Tras ella, Menelao quiso que su hija se casase con Neoptólemo. Orestes y Neoptólemo lucharon, y este último murió. Al casarse con Hermíone y hacerse con Argos y Arcadia después de que sus tronos hubiesen quedado vacantes, Orestes llegó a ser el gobernante de todo el Peloponeso. Su hijo, Tisámeno, fue más tarde asesinado por los heráclidas.
En una versión de la historia de Télefo, Orestes fue apresado por éste, quien exigía que Aquiles le sanase.Según algunas fuentes, Orestes fue padre de Pentilo con su medio hermana Erígone
martes, 27 de mayo de 2008
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