Había una vez un guerrero solitario, aunque sociable, llamado Harry Al Kharid que vivía en una tierra llamada Falador.
Un día,Harry entró en una cueva y en un altar antiguo encontró un talismán rojo que tenía unas palabras en latín, las leyó,y de repente salió como un holograma de una ciudad,Varrock, y le mostraba que debajo de un área circular estaban unas escrituras.
Por suerte,Harry conocía muy bien Varrock ya que había estado muchas veces,y en un segundo dedujo que esa ``área circular´´era el famoso lugar de compra y venta, el Grand Exchange. Lo malo es que no iba a ser nada fácil, dado que Varrock había sido invadido por ratas gigantes y por bárbaros y, lo peor es que hacía mucho que no iba al Grand Exchange, por lo cual no se acordaba del camino.
Por suerte, para llegar más rápido,tenía a Ventisca, su caballo blanco, pero su esposa le decía que era muy peligroso y que si iba, ella lo iba a abandonar.
Harry no hizo caso a la advertencia de su esposa...
Un día,Harry entró en una cueva y en un altar antiguo encontró un talismán rojo que tenía unas palabras en latín, las leyó,y de repente salió como un holograma de una ciudad,Varrock, y le mostraba que debajo de un área circular estaban unas escrituras.
Por suerte,Harry conocía muy bien Varrock ya que había estado muchas veces,y en un segundo dedujo que esa ``área circular´´era el famoso lugar de compra y venta, el Grand Exchange. Lo malo es que no iba a ser nada fácil, dado que Varrock había sido invadido por ratas gigantes y por bárbaros y, lo peor es que hacía mucho que no iba al Grand Exchange, por lo cual no se acordaba del camino.
Por suerte, para llegar más rápido,tenía a Ventisca, su caballo blanco, pero su esposa le decía que era muy peligroso y que si iba, ella lo iba a abandonar.
Harry no hizo caso a la advertencia de su esposa...
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